miércoles, 2 de marzo de 2016

¿Y AHORA QUÉ?




Quizá es el tiempo libre (al que no estamos acostumbrados) el que hace que el cerebro no pare de hacerse preguntas de forma constante últimamente. El mío en concreto ha llegado a límites insospechados que me asustan. Y es que me surgen preguntas sobre todo lo que me rodea, y como a esas preguntas todavía no les puedo poner respuesta, me surgen aun más preguntas derivadas de la primera pregunta y así acabo metida dentro de una espiral infinita de dudas

Todo esto no es porque me esté volviendo loca, aunque puede que también un poco, pero prefiero pensar que es por la temida y poderosa INCERTIDUMBRE. Hasta hace poco tiempo tenía planificada mi vida: año tras año la carrera en Salamanca, después vendría la preparación del MIR... Y ¿después del MIR qué? Vacaciones. Si claro, vacaciones. Que sí, vacaciones estamos teniendo pero... y después ¿qué?. Mejor dicho: ¿y ahora qué?  Y eso es lo que me mata: ¿qué hospitales quiero ver?, ¿dónde me quiero ir? ¿cómo y a quién pregunto lo que quiero saber?, ¿qué es lo que quiero saber?, ¿qué debería hacer? ¿Seré capaz de afrontar lo que elija dónde lo elija? ¿Me gustará? ¿Me arrepentiré de mi decisión? Y así todo un bucle... No saber que será de mi en tres meses, ni dónde estaré, ni haciendo qué, ni si me gustará, ni si seré capaz, ni si me equivocaré con lo que decida... Millones de incertidumbres. 

Tantas dudas tengo sobre el futuro que me ha dado hasta por cuestionarme el pasado, analizando toooooodo lo que he podido hacer mal estos últimos casi 7 años desde que hice la matrícula para estudiar medicina. Y creedme que cuando te pones a pensar en los errores que puedes haber cometido a lo largo del tiempo no encuentras 2 o 3, encuentras un ciento.
Hasta por milésimas de segundo me he llegado a preguntar (y eso que siempre me ha gustado la parte de la medicina que lo engloba todo),  si de verdad debería repetir el Mir para ser, por ejemplo, dermatóloga en La Paz ¡hasta ese punto he llegado! (mis respetos a los futuros dermatólogos, pero quien me conoce sabe que soy un poco dálmata y no es que me guste mucho la derma... A parte de que por razones obvias es inalcanzable, bueno, "súper-inalcanzable" una plaza de derma para mi jaja). 

En estas estoy que  hasta me pregunto  si hice lo correcto el día que in extremis decidí echar la matricula en la facultad de medicina y me pregunto si no sería más feliz dedicándome a otra cosa que no conllevara tomar decisiones tan trascendentales para mi vida futura (véase elegir lugar y especialidad) pero sobre todo decisiones aun más  importantes como son las que se toman en relación a la salud de una persona, de una vida... De pequeña nunca dije "quiero ser médica" y para ser realistas siempre he estado con dudas en esos momentos trascendentales en los que tuve que tomar decisiones que marcarían mi futuro: ¿bachiller de ciencias o letras? ¿enfermería, veterinaria, medicina, biología? Tan perdida estaba que puse hasta filología árabe entre mis opciones... y acabé decidiéndome por medicina en el último momento. Qué se yo, quizá si me hubiese decantado por ser organizadora de eventos, wedding planner o cuidadora de perros sería igualmente feliz... O no... Pero ya es tarde para ponernos a analizar el pasado ¡con todo lo que nos queda por saber del futuro! Además, mi otro yo más tranquilo apacigua al yo de las dudas recordándole que a pesar de todas las dudas que me han acompañado en este largo camino, siempre tomé las decisiones con el corazón en la mano ... y de lo único que estoy segura a estas alturas es que  no hay nada de lo que poder arrepentirse cuando una decisión la tomas con el corazón, ¿no? Que nunca haya tenido claras mis opciones ni mis vocaciones no quiere decir que vaya a ser peor o mejor en el trabajo que desempeñe. Al fin y al cabo la ilusión y la pasión por lo que haces es lo más importante en todos los trabajos, y estoy segura de que eso no me va a faltar.

Una amiga (muy sabia) me dice que estas dudas son por el miedo escénico y creo que tiene razón (creo que tienes razón Ali) En tres meses ahí estaremos, en un hospital de a saber dónde, en el primer día una nueva vida, perdido por los pasillos del hospital, sin nadie conocido alrededor, ante un primer paciente al que le duele la barriga pero tú no sabes por donde empezar ni a preguntarle ni a explorarle... en definitiva, no sabes ni qué hacer ni qué decir. Yo me imagino ahí, paralizada, inútil, quieta, sola ante el peligro y claro, pintándome a mi misma en esa situación (nada idílica por cierto) es lo que probablemente este motivando el "miedo escénico" del que habla mi amiga. 

Tampoco os vayáis a pensar que estoy en un sinvivir, ¡para nada! Pero el tiempo libre da para mucho, y cuando mi imaginación coge alas le gusta volar alto, cada vez más... Hasta que aparece alguien sabio como mi madre o mis amigas para decirme "eh, Leti, baja de la nube!" Y ahí es cuando vuelvo a recordar las infinitas veces que me he repetido a misma y a los demás dos frases que me han acompañado estos últimos años ante cualquier miedo e incertidumbre : "de una forma u otra todo saldrá bien" y " estemos donde estemos, elijamos lo que elijamos, vamos a estar contentos"  ¡ Y ojalá así sea para todos !

Espero que todas las decisiones que tomemos en estos próximos meses nos hagan felices; ya sea elegir neurocirugía en el mejor hospital de España, internista en el Hospital de El Bierzo, repetir el MIR para lograr un sueño o porque crees que es lo mejor, medicina de familia en Ceuta o rayos en Lanzarote... por poner ejemplos. Todas las opciones, absolutamente todas, son igual de válidas siempre que se elijan con el corazón. Dentro de unos años miraremos para atrás, y sí, a lo mejor vuelven las dudas sobre si hicimos lo correcto o no, pero... ¿qué sería de la vida sin estas dudas? Esta incertidumbre es lo que nos hace crecer como personas: coger las riendas de tu vida sin saber si estás haciendo lo correcto, pero sabiendo que dando lo mejor de ti lo lograrás y llegará ese día en el que te sientas orgulloso de ti, de tu vida, de tus decisiones... y de tus indecisiones.

Perdonad este post algo angustioso pero a veces escribiendo es la única manera de no entrar en la espiral de pensamientos Cara sonriente con ojos risueños

Acabo con unas fotos de momentos de un viaje en los que también me asaltaron mil dudas... y casi dos años después no puedo estar más feliz de haber conocido a todas las personas con las que compartí ese verano y que me enseñaron tanto. Gracias a la Leti del pasado que con un millón de dudas decidió  vivir todas las experiencias que Eslovaquia me puso en el camino y con las que crecí como persona. 

Una experiencia única con los mejores compañeros de viaje
En lo alto de los montes Tatras






Viaje locura a Polonia

Anochece en Cracovia


Trenes eslovacos



Senderismo por Slovak Paradise



Y por último comparto esta grandiosa canción de Sabina... AHORA QUE :)



¡Besos para todos!




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